La producción de hidrógeno con energías fósiles se considerará “verde”

Producción de hidrógeno

La producción de hidrógeno a partir de energías fósiles se considerará energía renovable. Así lo determina la Comisión Europea en caso de generar un 70% menos de emisiones de gases de efecto invernadero que el gas natural fósil en todo su ciclo de vida.

Esta consideración se extrae de los actos delegados publicados el lunes 13 de febrero de 2023. Todo ello derivado de la Directiva sobre energías renovables.

La nueva normativa establece diferentes maneras en que los productores pueden demostrar que la electricidad renovable utilizada para la producción de hidrógeno cumple las normas de adicionalidad. Al mismo tiempo introduce criterios destinados a garantizar que el hidrógeno renovable sólo se produzca cuando y donde haya suficiente energía renovable disponible.

De esta forma, los productores de combustible podrán contabilizar la electricidad tomada de la red como totalmente renovable si la instalación que produce el combustible está situada en una zona de licitación en la que la proporción media de electricidad renovable superó el 90% en el año natural anterior y la producción y una vez supere este umbral, se seguirá considerando superior al 90% durante los siguientes cinco años.

Hasta ahora se consideraba que la instalación que use electricidad para la producción de hidrógeno a través de una conexión directa debe suministrar siempre electricidad renovable, de modo que si se utiliza, por ejemplo, la obtenida de la red, el hidrógeno resultante no se considerará renovable.

Sin embargo, dada la enorme cantidad de generación de electricidad renovable adicional necesaria para progresar en la descarbonización de la actual producción de electricidad fósil, esto solo se puede garantizar mediante la inclusión de criterios estrictos de adicionalidad en esta metodología.

Por ello, Bruselas plantea relajar los requisitos necesarios para la producción de hidrógeno para contabilizar la electricidad obtenida por conexión directa a una instalación que genera combustibles renovables como totalmente renovable a fin de aumentar la cuota de energías verdes.

Aunque la demanda inicial de electricidad para la producción de hidrógeno será insignificante, aumentará hacia 2030 con el despliegue masivo de electrolizadores a gran escala.

La Comisión calcula que se necesitan unos 500 teravatios hora (Twh) de electricidad renovable para cumplir el objetivo de producir 10 millones de toneladas de combustibles de origen no biológico y que se refleja en la propuesta de la Comisión de aumentar el objetivo de las energías renovables al 45%, todo ello para 2030.

La producción de hidrógeno a partir de ahora

Para tener en cuenta los compromisos de inversión existentes y permitir que el sector se adapte al nuevo marco, las normas se introducirán gradualmente para los proyectos de producción de hidrógeno que empiecen a funcionar antes del 1 de enero de 2028, tiempo que Bruselas considera necesario para la planificación y construcción de instalaciones de generación de electricidad renovable al tiempo que aumenta su cuota verde.

Los productores de hidrógeno podrán ajustar mensualmente su producción de hidrógeno a las energías renovables contratadas hasta el 1 de enero de 2030, mientras que los Estados miembro tendrán la opción de introducir normas más estrictas sobre la correlación temporal a partir del 1 de julio de 2027.

Los requisitos para la producción de hidrógeno renovable se aplicarán tanto a los productores nacionales como a los productores de terceros países que deseen exportar hidrógeno renovable a la UE para contabilizarlo en los objetivos de la UE en materia de energías renovables.

Un sistema de certificación basado en regímenes voluntarios garantizará que los productores, tanto de la UE como de terceros países, puedan demostrar de forma sencilla y fácil su cumplimiento del marco comunitario y comerciar con hidrógeno renovable en el Mercado Único.

Tras la adopción de este lunes, los actos se transmitirán al Parlamento Europeo y al Consejo, que disponen de dos meses para examinarlos y aceptar o rechazar las propuestas, aunque este periodo puede prorrogarse, si así lo solicitan, durante dos meses más.

Fuente: europa press

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